23 enero, 2007

lago blanco, tierra del fuego

Lo que mas disfruté de Lago Blanco fue llegar a él. Si le gusta la aventura, recomiendo arrendar un auto en Punta Arenas y cruzar el estrecho de Magallanes por Bahía Azul, cargar combustible en Cerro Sombrero y luego continuar camino a San Sebastián, pasando por muchos paisajes distintos, pequeños ríos, pequeños bosques, playas, estancias, praderas... todo acompañado de muchos tips de animales salvajes. En una parte del camino debe desviarse hacia Pampa Guanaco, donde encontrará el último retén de Carabineros de Chile. De ahí en adelante uno se comienza a internar en un bosque precioso a través de un camino estrecho y sinuoso. El bosque está parcialmente inundado, oscuro y silencioso. A pesar del sol, el aire frío penetra y enfría todo. Pronto se sale del bosque y el paisaje es precioso: un espejo de agua rodeado de medianos cerros verdes; al fondo, la cordillera de Darwing, imponente, marcando el fin de América y haciendo una especie de limite natural con Argentina. Y si quiere pescar, le recomiendo una embarcación. La orilla es muy técnica y requiere de un equipo de mosca pesado y buena práctica de roll cast. Prepárese para un fuerte viento durante la tarde. Ninfas grandes y streamers son apetecidos por las lindas arcoiris que andan solitarias tentando la suerte en el borde sur del lago. Pesque o no pesque, este lago sin duda será un recuerdo imborrable.

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